Hoy quiero hablarte sobre un concepto que ha transformado mi vida y la de muchos otros: la alimentación consciente.

Cuando la descubrí, no sabía que se llamaba así.
Estaba en una formación durante un fin de semana, y una de las dinámicas que hicimos fue ésta.

Pero antes de contarte con detalle cómo fue mi experiencia, te explico…

¿Qué es la Alimentación Consciente?

La alimentación consciente es mucho más que una moda o una técnica.
Se trata de estar completamente presente y atenta a la experiencia de comer, desde la elección de los alimentos y cómo se cocinan, hasta el último bocado.

En lugar de comer de forma automática o impulsiva, la alimentación consciente nos invita a saborear, disfrutar y escuchar lo que nuestro cuerpo realmente necesita.

Disfrutando de Cada Bocado

Una de las principales ventajas de la alimentación consciente es que nos permite disfrutar verdaderamente de la comida.

A menudo, comemos tan rápido o con tanta distracción que apenas nos damos cuenta de lo que estamos comiendo. Nos hemos acostumbrado a comer delante del televisor o con el móvil en la mano, y no nos paramos a ver, saborear y disfrutar lo que tenemos delante.

Al ralentizar y saborear cada bocado, no solo disfrutamos más de la comida, sino que también nos sentimos más satisfechas.

Otra parte esencial de la alimentación consciente es aprender a escuchar a nuestro cuerpo. Muchas veces comemos por razones que no tienen nada que ver con el hambre física: el estrés, la tristeza, la ansiedad o incluso el aburrimiento.

La alimentación consciente nos ayuda a reconectar con nuestras señales internas de hambre y saciedad.

Por otro lado, practicar esta técnica también nos permite explorar y sanar nuestra relación emocional con la comida.
Al estar presentes y atentas, podemos identificar patrones y comportamientos que quizás no habíamos notado antes.

Por ejemplo, ¿comes más cuando estás estresada o triste? ¿Usas la comida como una recompensa o un consuelo?

Los Beneficios de la Alimentación Consciente

Empezar a practicar la alimentación consciente puede traerte muchos beneficios para tu bienestar general.
Al escuchar tu cuerpo y sus necesidades es más probable que escojas alimentos que te nutran y te hagan sentir bien.
Además, al estar presente disfrutas mucho más de la comida y reduces significativamente el comer compulsivamente. Esto te puede llevar a una pérdida de peso natural y sostenible.

¡Sin estrés! ¡Sin dietas!

Por último, el agradecimiento y la emoción que hay detrás.
En siguientes artículos te hablaré de las emociones y cómo, según la emoción que estés sintiendo a la hora de alimentarte, te influye positiva o negativamente en tu salud y tu control de peso.

Hasta entonces, quiero proponerte una serie de ejercicios para que empieces a practicar la alimentación consciente, a tomar conciencia de las señales de tu cuerpo y a sentir gratitud en el momento de comer.

Ejercicios Prácticos

La próxima vez que comas, hazlo sin distracciones.

Siéntate en un lugar tranquilo, sin televisión ni teléfono, y enfócate únicamente en tu comida.
Observa los colores, los olores, las texturas y los sabores.
Mastica despacio y aprecia cada bocado.

Cada vez que pruebes un nuevo bocado, analiza su textura, qué sabores puedes encontrar, busca distinguir cada ingrediente.
Si es un plato con varios ingredientes, intenta diferenciarlos por sus texturas.

Si quieres hacer más intensa la experiencia, prueba a comer a oscuras.
De esta forma, no verás los colores, pero los sentidos se agudizan y diferenciarás mejor los olores y los sabores.

Haz de este ejercicio un juego, a ver que sucede…

Para reconocer las señales de tu cuerpo, antes de empezar pregúntate: “¿Tengo hambre de verdad o estoy comiendo por otra razón?”

Si tienes hambre, adelante con el ejercicio de “Atención Plena”

Si lo que estás es aburrida, triste, enfadada, etc. analiza la emoción a ver qué te quiere decir.

Un truco para saber si el hambre es real o emocional es que observes qué es lo que quieres comer y si es sustituible por otra cosa.

Es decir… me apetece mucho comer una chocolatina.
¿La chocolatina me va a saciar? ¿puedo sustituir la chocolatina por una manzana? ¿la sensación que busco me la puede dar la manzana o sólo la voy a conseguir con la chocolatina?

En este caso, es fácil que quiera la chocolatina porque a nivel hormonal me va a proporcionar una serie de “beneficios” con el pico de azúcar, que mi cuerpo tiene asociado a “placer”.
Ese placer no lo voy a conseguir con la manzana, porque realmente no tengo hambre, lo que tengo es una emoción que no sé cómo gestionar y, como recurso, uso la chocolatina.

¡Y está perfecto!

Pero como estamos buscando “El Origen” habría que analizar cuál es esa emoción, de dónde viene, qué quiere decirme, y buscar cómo gestionarla.

Volviendo al ejercicio de “atención plena”…

Durante la comida, haz pausas y chequea tu cuerpo para ver si te sientes satisfecha.
Si te sientes llena, no hay necesidad de terminar todo lo que hay en el plato.
Aprender a escuchar y respetar estas señales es crucial para mantener un peso saludable.

Por último, te invito a llevar un diario de alimentos y emociones.
Registra no solo lo que comes, sino también cómo te sientes antes, durante y después de cada comida.
Esto puede ayudarte a identificar patrones emocionales y a encontrar formas más saludables de manejar tus emociones.

Tienes a tu disposición “Descubriendo el Origen: Mi Diario Bariátrico para el Bienestar Físico” donde podrás llevar el registro diario de todo esto.

Lo creé precisamente para poder llevar un registro de los alimentos, de como me siento, del consumo de agua, de la calidad del sueño…
Es un diario diseñado para ayudarte a practicar la atención plena, escuchar a tu cuerpo y lograr así mantener un peso saludable.

Dentro del diario además encontrarás el acceso a un grupo privado, donde podrás compartir tus dudas y experiencias.

Puedes adquirirlo AQUí

Mi Experiencia Personal

Como te decía al inicio, la primera vez que viví la experiencia de la Alimentación Consciente no sabía lo qué era.

Estaba en una formación durante todo un fin de semana, que incluía la convivencia.
Una de las noches, como dinámica, nos propusieron un ejercicio.

Íbamos a entrar a cenar al comedor, pero lo haríamos en completo silencio. No se podía hablar. El comedor estaría a oscuras, con unas pequeñas velas encima de la mesa que nos aportarían algo de claridad para intuir lo que teníamos más cerca. Y ya está.

En pleno silencio los formadores nos servirian a cada uno nuestra cena, primer y segundo plato y postre. Además de la bebida.

Importante, en completo silencio.
Para ponerte en situación, éramos un grupo de 35 personas en un pequeño comedor de una casa rural.

Bien, aceptamos las condiciones para explorar lo que sucedía.

La velada comenzó con la lectura de una poesía preciosa, que hacía referencia al amor propio y a la gratitud.

Imagina la situación… Un grupo de personas en completo silencio, en penumbra, con música relajante de fondo, una poesía que te invita a amarte profundamente y un plato servido delante de ti, que no puedes ver, pero puedes oler.

La experiencia de oler, probar, saborear y explorar cada bocado en busca de descubrir qué estaba comiendo fué increible.

No puedo describir con palabras lo muchísimo que disfruté de aquella comida.

Entré en un estado de gratitud hacia los formadores (estaban sirviendo, literalmente, a sus alumnos) y en una atención plena y absoluta a lo que estaba sucediendo, agradeciendo cada bocado, buscando cada ingrediente, adivinando lo que era y cómo estaba hecho…

En ese momento no había preocupaciones, ni aburrimiento, ni tristeza, ni pensamientos pasados ni futuros.
En ese momento solo estaba yo, mi plato, y la experiencia.

Eso es Alimentación Consciente o Mindful Eating

Desde que lo descubrí, ha sido una herramienta fundamental en mi propio viaje de salud.
Al aprender a estar presente y escuchar a mi cuerpo, no solo he logrado mantener mi peso, sino que también he desarrollado una relación mucho más amorosa y respetuosa con la comida.

Quiero que sepas que tú también puedes lograrlo.

Conclusión: Un paso a la vez

La alimentación consciente es un viaje, no es una meta.

No te preocupes por hacerlo perfectamente. Lo importante es dar un paso a la vez, ser paciente contigo misma y disfrutar del proceso.

Al adoptar este enfoque, no solo mejorarás tu relación con la comida, sino también con tu cuerpo y tu salud en general.

Te invito a que empieces hoy mismo.

Tómate un momento para respirar, disfrutar y estar presente en tu próxima comida.

Recuerda, cada bocado es una oportunidad para nutrir tu cuerpo y tu alma.

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